Con este libro intentamos un mayor ahondamiento en la categoría de secularización entendida como el paulatino historizarse y mundanizarse de lo sagrado, que muchos denominan el eclipse de dios –o de los dioses– y que significa una conquista del tiempo secular, intramundano, dejando en tensión la polaridad del tiempo profano contrapuesto al sagrado, la cual (per)sigue un movimiento en el que se propicia la separación de ambas esferas, es decir, el divorcio entre cielo y tierra, pero en el que, sin embargo, estos no dejan nunca de implicarse, revelando así el dinamismo intrínseco a dicha estructura dualística.
Confrontada a numerosas lecturas, debates e intercambios académicos, la categoría de secularización no pierde vigencia ni eficacia en nuestra actualidad. Lo ilustra un hecho político de modo irrefutable. Por las mismas fechas de nuestras jornadas de discusión, a fines de 2019, tuvo lugar el Golpe político perpetrado contra el Estado Plurinacional de Bolivia y en ese momento todos fuimos testigos de la continuidad de los dos símbolos que desde la Colonia habían representado los poderes de lo político y lo religioso: la espada y la cruz.
Entonces, en el fragor sangriento de los acontecimientos, fuimos espectadores de la feroz represión al pueblo por medio de las armas –más letales y sofisticadas por cierto que la espada– y, en vez del símbolo de la cruz, ocupaba su lugar la biblia, impuesta, a su vez, por sobre la wiphala de los pueblos originarios, que era incendiada como signo del atraso y atavismo de creencias primitivas. No solo no caducaba, desgraciadamente, la mencionada controversia que, atravesando los siglos, tocaba el borde actual del presente, sino que, por el contrario, irrumpía como dominio de la violencia primitiva en el interior del Estado que, vuelto gobierno de facto, volvía a restablecer el binomio encarnado en la espada y en la cruz o, si se quiere, una acción dictatorial realizada con armas de fuego y en nombre de la biblia.